LECTURAS - Flipbook - Page 37
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En contraste, el padre festeja a la criatura. La amará sin pausas hasta el fin
de su vida.
Cuatro años más tarde nace su hermano Paul, diplomático y escritor que
revelará conflictivos sentimientos a su hermana.
Ambos crecieron en el tranquilo norte de Francia en un hogar huérfano de
juegos y besos.
Por fortuna, una generosa biblioteca redujo las ausencias. Al paso del
tiempo Camille y Paul transitarán en la literatura clásica gracias al padre.
La ausencia de marcos escolares obliga a la familia a trasladarse a la
bulliciosa Paris. Transitadas calles y los altos edificios tocaron de
inmediato fibras íntimas de Camille.
Quería ella pintar y esculpir en tiempos que pocas instituciones recibían a
mujeres como alumnas.
Encontró por fin hospitalidad en una institución privada, y bien pronto
maestros y alumnos revelaron sorpresa por el ingenio y las sabias manos
de la alumna.
Concluidos los estudios elementales, Camille montó un attalie donde
empezó a esculpir figuras y paisajes junto con amigas que llegaron de
Londres. En el andar de sus días parisinos un escultor descubrirá el
primitivo taller.
Paul Rodin contaba entonces 42 años, y Camille apenas 18. Hasta aquí ella
había ignorado algún íntimo contacto masculino.
Rodin - en contraste- solía rodearse con fugaces amantes sin abandonar a
la modesta esposa, celosa de su salud y del hogar.
La irrefrenable pasión enlazó de inmediato a Camille con Rodin sacudiendo
íntimos rincones.