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positivo- incluso revolucionario 3 cuando deshizo el orden feudal, destruyó
las relaciones patriarcales y creó la libertad de comercio.
Sin embargo, el emergente proletariado pondrá fin a este orden burgués y
dará nacimiento a una sociedad sin clases por virtud de medidas como la
nacionalización de la tierra, la abolición de los derechos de herencia, y la
libre educación para todos.
El Manifiesto concluyó con celebradas palabras:= los obreros no tienen
nada que perder como no sean sus cadenas. Y tienen un mundo que ganar.
Trabajadores de todo el mundo, ¡uníos!=
Un mensaje el de Marx y Engels que ilustró y conmovió desde entonces a
no pocas generaciones. Será referencia ineludible hasta nuestros días.
Las consecuencias del Manifiesto no se demoraron.
En Paris tuvo lugar una revuelta que forzó la fuga del monarca. Le
siguieron alzamientos populares en Nápoles, Milán, Roma, Berlín, Viena y
Budapest.
Europa parecía estar en llamas; sin embargo, bien rápido se apagaron
merced a la intervención de tropas leales a los gobiernos.
Las autoridades francesas y alemanas ya no toleraron a Marx. Su única y
última opción era entonces Londres que a la sazón admitía a intelectuales
europeos a condición de que no tomaran parte alguna en los asuntos del
país.
Marx se trasladó a esta ciudad en agosto 1849 con la ayuda económica y
el respaldo personal de Lasalle. Su familia le siguió un mes más tarde.
Londres: el definitivo hogar
Inglaterra revelaba en aquel momento poco interés en los dilemas del
continente europeo. El progreso industrial y la ampliación de sus fronteras
imperiales constituían entonces su principal quehacer.