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En el andar del tiempo, Marx ampliará estas ideas y animará iniciativas con
el fin de propiciar cambios radicales.
La ruptura con el judaísmo
Uno de sus primeros textos aludió a los judíos y al judaísmo en Europa.
En contraste con sus abuelos que procuraron preservar la fe y
la praxis judías, Marx considera que en la sociedad burguesa los judíos y el
judaísmo protagonizan papeles negativos.
No constituyen una legítima entidad religiosa o racial. Son en rigor un
estrato económico forzado a vivir de la usura y de oficios relacionados con
ella. Objetivamente, son aliados de los estratos dominantes cuando en la
moderna sociedad el sector oprimido y marginado es el proletariado.
En suma: como grupo y como ideología los judíos forman parte del
régimen capitalista.
Postura que sorprendió a sus amigos Heine y Lasalle quienes como judíos
apenas percibían alguna tensión entre su objetivo origen y la penosa
perspectiva de la ascendente clase obrera.
Esta actitud no lo liberó de personales agresiones antisemitas.
Por ejemplo, el ruso Bakunin apuntó: …= el señor Marx es de origen judío.
Combina en su persona todas las cualidades y defectos de esta raza.
Nervioso hasta el límite de la cobardía, es malicioso, pendenciero,
intolerante y autocrático como Jehová…Y como Él, insanamente
vengativo…=
Sin embargo reconoció := son éstas sus debilidades, pero también tiene
muchas virtudes… Muy pocos hombres han leído tanto como él y son tan
inteligentes…=
Ambivalente retrato que no pocos repetirán.
