LECTURAS - Flipbook - Page 142
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En todo momento consideró, sin embargo, el retorno a Palestina. Pero el
conflicto militar europeo que encendió en julio 1914 frustra sus intenciones.
Frisaba entonces los 26 años.
En contraste con no pocos jóvenes judíos que tomaron activa parte en
operaciones bélicas en favor de Alemania, Agnón desdeñó esta posibilidad.
Y para eludir un probable reclutamiento adoptó severas medidas -una dieta
rigurosa, abusos con el tabaco y el café- con la intención de debilitar su
perfil.
Evadió así el exigente servicio militar con un alto costo que se tradujo en un
declive físico que le obligó a internarse durante cinco meses en un hospital.
Periodo que bien matizó con lecturas de Goethe, Zola, Balzac, Rolland, sin
excluir a los clásicos rusos y a las Mil y una noches.
Un afortunado encuentro
En aquellos días conoció a Shlomo Zalman Schocken, quien dominaba a la
sazón la red de almacenes de Alemania.
Cuando el escenario cambió dramáticamente al ascender Hitler al poder en
1933, Schocken decidió abandonar su país y fundar en Palestina la editorial
que lleva su nombre y el periódico Haaretz.
La derrota militar de Alemania y la acentuada inflación obligaron a Agnón a
buscar trabajo en diferentes ciudades.
Cortejó entonces a Esther Marx. A su padre -dueño y director de un bancono le gustó este atrevido inmigrante. Pero Esther, mujer independiente que
ya había visitado Palestina para estudiar hebreo y árabe, se impuso.
El resultado: contrajeron matrimonio en 1919.
Los padres de la novia se abstuvieron de tomar parte en la ceremonia por
considerar que Agnón era un modesto y marginal judío de Europa oriental
que carecía de título académico y de alguna respetable profesión. Pero al
paso del tiempo aceptaron la elección de Esther.